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domingo, 14 de marzo de 2010

BARRIO REINA VICTORIA (HUELVA)

En 1916, los arquitectos municipales José María Pérez Carasa y Gonzalo Aguado atienden la solicitud de la Rio Tinto Company, empresa que explotaba las Minas de Río Tinto, de construir unas viviendas en la capital, para así acoger a sus trabajadores ingleses procedentes de la explotación minera onubense. La zona elegida fue el Cerro de San Cristobal


Sobre esta zona, los arquitectos construyeron una primera fase de 71 edificios iguales e independientes, con planta en forma de letra “T”, de una sola altura y formado por tres viviendas cada uno. Las casas se realizan con cubiertas a dos aguas con teja plana y chimenea y fachadas enfoscadas, que presentan detalles decorativos de ladrillo visto o incluso con azulejos. Esta primera fase concluye en 1919, con algunas modificaciones del arquitecto británico Morgan.


Posteriormente, entre los años 1923 y 1929 se construyen otros 16 bloques más, donde el británico ya les imprime su sello personal: doble altura, buhardillas y marquesinas con cubiertas de madera. Los diseños de estos edificios se asemejan entonces más a los tipos de casas alemanas y austriacas que a la propiamente inglesa.

Esta singular zona residencial, que hoy constituye una de las principales referencias históricas de la ciudad, fue declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de conjunto histórico, el 25 de junio de 2002 por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía, a propuesta del Colegio Oficial de Arquitectos de Huelva. El Barrio Reina Victoria, más conocido popularmente como Barrio Obrero, es sin duda el testimonio de la presencia británica en Huelva con ocasión de la explotación de las cuencas mineras de la provincia. Su nombre responde en honor de la Reina Victoria I del Reino Unido.

En nuestros días, el Barrio Reina Victoria ocupa una superficie aproximada de ocho hectáreas, en la que se asientan 274 viviendas distribuidas en 88 edificios. Su población no rebasa al millar de personas.

Su trazado corresponde al molde clásico de ciudad-jardín, con una vía de circunvalación, nueve calles paralelas cruzadas por otras dos y plazas ajardinadas en las intersecciones.Es peculiar, ver como las calles no tienen nombre y en su lugar se identifican por Letras. Los accesos vienen marcados por rampas y escaleras, destacándose la que conecta con la entrada principal, franqueada por una hermosa cancela que se corona con un arco donde aparece el nombre del barrio. Todo el perímetro lo ocupa un murete. Actualmente se sitúa en el centro de la capital.